Después del plan Colombia, la colaboración de Estados Unidos en contra de las guerrillas, el paramilitarismo y el narcotráfico ha transformado el confito nacional, que antes se desarrollaba en la selva a través de una brutal confrontación cuerpo a cuerpo, en una guerra de botones en la cual desde un avión que detecta la aura provocada por el calor de los cuerpos escondidos en la jungla, oprimiendo un botón, se desata un misil inteligente que nunca falla.
A la crueldad de la guerra se añade el cinismo que transforma una masacre en un evento televisivo más parecido a un video juego que a algo real.
El artista se pregunta entonces si el confito transformado en un espectáculo pueda llegar a una conclusión o más bien, a través de los medios de comunicación, perpetuarse por ser un espectáculo que vende.
La guerra hasta hora fue el negocio de la ventas de armas desde ahora es también herramienta para aumentar el reiting de un público anestesiado en busca de fuertes emociones que ya no respectan la vida, el planeta ni el futuro.
You’re a real deep thinker. Thanks for shranig.