La obra representa una toma de posición socio política de la artista que arranca su reflexión fundamentada en la campana mediatica institucional: Colombia es pasión, en la cual el país decide presentarse al mundo a través de su principal calidad universalmente reconocida que es la pasión.
La realidad es que la pasión es fundamentalmente instinto y talento que para desarrollarse, necesita objetivos claros y un compromiso consistente. Según el artista Colombia necesita más reflexión en estos aspectos para subir el próximo peldaño de la escalera hacia un mejor posicionamiento internacional.
La propuesta formal reconstruye el interior de un corazón estallando por la emoción en un proceso acelerado de sístole y diástole lleno de energía vital y abundante flujo sanguíneo, también esconde una advertencia que, una sociedad marcada por decisiones irracionalmente pasionales, finalmente llega al infarto, en otras palabras hay una línea entre el genio y la locura, hay que individuarla y no cruzarla nunca.